La chirivía es una verdura bastante antigua. En el siglo XVIII, esta raíz vegetal era un alimento básico importante y luego la chirivía pasó a un segundo plano. ¿Por qué? Con el descubrimiento de la patata y la zanahoria, la chirivía se hizo cada vez menos importante. Hoy, la chirivía está luchando por volver a nuestros platos, ¡y con razón, porque contiene algunas sorpresas modernas! En el siguiente artículo puedes leer sobre la preparación correcta de la raíz, sus múltiples usos en la cocina y cómo la chirivía se diferencia de otras hortalizas de raíz.
Los nutrientes en el vegetal a menudo pasado por alto también son impresionantes. La chirivía aporta vitamina C, vitaminas del complejo B, ácido fólico y calcio, así como altas cantidades de potasio. El potasio ayuda a que el corazón lata con regularidad y mejora la circulación de forma natural, ideal para personas con presión arterial alta. Además, la chirivía también contiene una cantidad considerable de inulina, un material de reserva prebiótico que es bueno para nuestra digestión como fibra soluble. Es posible que también hayas descubierto que la chirivía figura entre los ingredientes de los alimentos para bebés. Esto no es una coincidencia. La verdura de invierno es particularmente fácil de digerir, contiene poco nitrato y, por lo tanto, es muy adecuada para un estómago sensible. Y el sabor más dulce significa que es más probable que un bebé lo acepte.